En la antigüedad el boj estuvo consagrado a Plutón, protector de los árboles de vegetación perpétua.
Por su hoja perenne y de agradable presencia, se cultiva en jardines como ornamental, igualmente sirve para las orillas de los senderos en los cementerios.
Su madera , muy dura y pesada se utiliza en la fabricación de instrumentos musicales y para hacer cajitas, cucharas, tenedores, peines, puños de bastón, etc..
Todo el boj tiene propiedades purgantes y sudoríficas, especialmente la corteza tiene un principio amargo, buxina, considerado como excitante.
Su decocción se considera diurética, laxante y febrífuga, hace aumentar la producción de bilis, y se emplea en las enfermedades de hígado y contra la malaria.
Muy abundante en la mayor parte de los montes alaveses: Lagrán, Manchibio (Corres) y Alto Semendia (Pipaón).